El Equipo de Investigación del Seprona de la Guardia Civil en El Puerto de Santa María (Cádiz) se ha incautado en Chipiona de más de 45 kilos de ortiguillas (anémona sulcata) a dos mariscadores furtivos que están siendo investigados por la posible comisión de un delito contra la flora y la fauna.

Los hechos ocurrieron hace varios días en los aledaños del Puerto Deportivo de Chipiona, cuando los guardias civiles del Seprona sorprendieron a dos tripulantes de una pequeña embarcación de recreo desembarcando dos capachos repletos de ortiguillas, según ha informado la Guardia Civil en una nota.

Los agentes procedieron a identificar a ambas personas, que acababan de finalizar una inmersión de buceo utilizando para ellos botellas de aire comprimido. Tras inspeccionar el contenido del interior de los capachos, comprobaron que se trataba en su totalidad de ortiguillas, las cuales habían sido capturadas de forma ilegal y que arrojaron un peso total de 45,55 kilos, lo que podría corresponder a más de 1.500 individuos. Los ejemplares, que estaban cubiertos con agua, fueron devueltos inmediatamente al mar al encontrarse aún con vida y con posibilidad de supervivencia.

Del mismo modo, los efectos utilizados para su captura fueron intervenidos y los responsables han sido investigados por la posible comisión de un delito contra la flora y la fauna por marisqueo relevante.

La Guardia Civil ha señalado que durante el presente año se han realizado numerosas inspecciones a establecimientos de venta e instalaciones de fabricación, elaboración y transformación de los productos de la pesca relacionadas con las ortiguillas, con el objeto de comprobar documentalmente su procedencia lícita y su trazabilidad.

Entre los años 2022 y 2024 se ha detectado en la provincia de Cádiz la comercialización de 1.971 kilos, de las que no se pudo aportar documentación de la compra legal de más de 1.500 kilos, lo cual fue denunciado a las autoridades sancionadoras.

Esta práctica ilegal de captura indiscriminada y su posterior comercialización sin ningún tipo de control sanitario pone en serio riesgo la salud de las personas y la continuidad de las especies que tienen su hábitat en la costa gaditana.

Por eso, el objetivo de este decomiso es luchar contra el furtivismo, que genera un grave perjuicio al ecosistema natural del medio marino, y evitar que llegue al consumo humano sin pasar los controles sanitarios establecidos debido al perjuicio que puede suponer su consumo para quienes las adquieran fuera del comercio legal, sobre todo por la posible presencia de toxinas que pueden contener estas especies.

Esta labor policial es valorada por las asociaciones de mariscadores de Cádiz, ya que esta práctica ilícita repercute de forma negativa en la economía de quien realiza esta actividad de forma legal, que está sujeto a unos cupos de capturas compatibles con la continuidad de las especies y hace frente a los pagos e impuestos de cualquier trabajador.